Carta al futuro novio de mi hija

A modo de aclaración

Muchas personas me piden que les envíe este artículo, es en muchos sentidos, uno de los más solicitados. Fue publicado poco antes de que mi hija conociera al regalo de Dios que es mi yerno, nuestro hijo Denis. Ha sido impreso por varias revistas. Lo publico porque nuevamente esta semana dos personas me lo han pedido. Aparecerá nuevamente, como introducción al libro que estoy escribiendo: Cartas a Denis: Reflexiones a propósito de ser suegro.




En la foto: Mery Alin y Denis




Carta al futuro novio de mi hija

Sé que en algún lugar estás.

No conozco tu nombre.

No sé de que color es tu piel ni me interesa.

Tampoco sé si eres pobre o rico, pero, tampoco es algo que me quita el sueño.

Sólo quiero decirte lo que tal vez muchos padres que aman a sus hijas quisieran decirte. Soy el portavoz de todos los que quisieran que escucharas estas palabras y probablemente no saben cómo decirlas.

No imagino tu rostro pero desde hace años oro por ti. Le pido a Dios que te guíe para que seas sabio para preservar tu pureza de cuerpo y de mente. También mi hija ha orado y soñado con tu rostro.

Conozco cada día de la vida de mi hija. Es un tesoro que su madre y yo hemos amado desde antes de nacer. Esperamos con ansias el día en que pudimos contemplar por primera vez esos ojos hermosos que han llenado nuestra vida de luz.

Hemos atesorado cada minuto de su vida. Estuvimos en todos sus momentos importantes. La abrazamos con ternura el primer día en que se golpeó, golpe que fue la primera experiencia que la preparó para los otros golpes que vendrían, inevitables algunos, predecibles otros.

Consolamos sus tristezas. Reímos con sus alegrías. Estuvimos presentes cuando sufrió sus primeras desilusiones. La acompañamos en aquellos momentos donde la angustia fue un trago amargo de beber.

Nos quedamos con el corazón en la mano cuando a los dieciséis años quiso ir a otro país a trabajar vendiendo libros. Pero, no podíamos impedírselo. Le enseñamos a volar y no podíamos cortarle sus alas. Tenía que demostrarse a sí misma que podía y a nosotros que habíamos crecido y estábamos dejándola partir.

Ahora, acaba de cumplir dieciocho años. Hasta aquí, aunque no siempre entendió nos ha obedecido y ha seguido una regla familiar. Nunca ha tenido novio. La regla era que después de los dieciocho años podría tener la oportunidad de vivir la hermosura del amor de pareja.

Sé que en el caos valórico que existe hoy tal regla puede parecer anticuada, pero, tomamos el amor muy en serio. De hecho, creemos que es una de las decisiones más importantes de la vida y el mayor don que Dios nos ha entregado.

No le faltaron pretendientes. Desde los quince años tuvo, unos más insistentes que otros. Alguna vez, mi esposa, con más dotes diplomáticas, hubo de intervenir y conversar con alguno de aquellos jovencitos entusiasmados con la idea de amar. Pero, reglas son reglas. Nuestra hija que nos obedece porque nos ama supo entender hasta hoy.

Ella es pura. Su pureza viene del deseo profundo de hacer la voluntad de Dios. Su corazón en muchos aspectos es ingenuo, no ha sido manchado con las soberbias y maldades de un mundo herido por el mal. Podemos parecer poco inteligentes por no decirle todo lo que este mundo es, pero, creemos que ella tiene que vivir sus propias desilusiones. Queremos estar a su lado cuando suceda.

Ella sueña contigo.

Imagina tu rostro entre cientos de jóvenes.

Observa con ansiedad en los ojos de quienes la miran esperando ver esa mirada distinta que sólo da el amor.

Por todo esto que te he dicho quiero rogarte que te cuides. Porque ella se ha cuidado cada día de su vida para encontrarse contigo.

Aférrate al Señor porque ella todo los días, desde que tuvo conciencia del amor ha orado por ti. Y con esa confianza ha esperado que Dios la ha de guiar para elegirte a ti.

Planifica tu vida con cuidado. Ella ha hecho lo mismo porque ha aprendido que el amor es compartir sueños y proyectos de vida.

No esperes a alguien a quien puedas manejar o controlar. Le hemos enseñado que el amor no controla, respeta.

No esperes a alguien que baile al compás de tus caprichos y tus propios sueños. La formamos para que entendiera que el amor no es fundir dos sueños sino construir una vida a dos voces. Es tocar una melodía a cuatro manos.

No esperes a alguien que no tenga sus ideas propias. Le enseñamos que es pecado anularse a sí misma para repetir sin reflexión lo que otros dijeran, aunque esa persona fuera su compañero de la vida.

No me interesa si no eres de familia de alcurnia con tal que seas trabajador y de principios elevados.

No me interesas si eres negro, blanco, amarillo o albino. Se bien que la sangre es roja y el cuerpo no mide el valor de una persona. Sólo espero que valores a otros por el color de sus sueños y la pigmentación de sus principios.

Durante años hemos llorado las lágrimas de nuestra hija. Reído con sus sonrisas y su carcajada transparente. La hemos acompañado en sus idas y venidas por la vida. En sus enfermedades y sus tristezas. En sus errores y malas decisiones. En sus fortalezas y debilidades de carácter. Hemos estados con ella cada minuto.

Sabíamos desde el momento en que la tuvimos que algún día debería prepararse para partir. Dejaría nuestro nido para formar otro. Soñamos que sea tan feliz como su madre y yo hemos sido.

Ella ha sido el más hermoso regalo que Dios nos ha dado. Ha iluminado cada día de nuestra vida. Si te fías del Señor y no te dejas guiar por valores equivocados, sé que ella iluminará también tu vida.

Me despido orando al Señor para que te cuide donde quiera que estés. Algún día espero decirte “hijo” y construir junto a ti una amistad tan hermosa como la que hemos cultivado con nuestra hija, nuestro tesoro.

Comentarios

  1. Todo papa quiere lo mejor para sus hijos y eso es netamente valido y justo...es lógico que no vamos a querer que una hija nuestra (o) se case con una pareja que no la respeta, no la valora, no la apoya, no la honra exct.. el primer detalle que tiene que fijarse una señorita(o) en su novio es: que valores y principios tiene su novio (a) y de ahí partir. Como trata a su mama, su hermanos y así varios detalles mas

    ResponderEliminar
  2. me dejó muy pensativo, solo espero que el Señor pueda guiarme en la decisión de amar a esa persona especial. Por otro lado la carta me alegra, porque expresa el deseo sincero de un padre... espero yo estar preparado también para no defraudar en ese gran sueño de mi fitira esposa, que Dios me ayude y nos ayude a todos los jovenes. Es mi mas profundo anhelo. atte: Pedro

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Que bonito tu mensaje, tengo una princesa a quien amo inmensamente, y siempre rezo por el que sera mi yerno, un muchacho bueno como tu.

      Eliminar
  3. Es muy linda su cartita y muy edificadora. En mi experiencia yo oré por mi futuro esposo, basado en proverbios me inspiró los consejos de Salomón que le daba a su hijo. En esa manera ore por mi esposo. Hoy llevó 20 años casada con ese maravilloso hombre por el que ore sin conocer. La oración es nuestra mejor herramienta. Hoy llevó 17 años orando por los esposos de mis hijas que aún no saben lo que es un novio. Clamo al Señor y espero en él para que su voluntad y sus propòsitos sean derramados en mis hijitas.Dios guie através de su hermosa carta a tomar conciencia de entregar esta área tan delicada a Dios.

    ResponderEliminar
  4. Hermosa carta,me impresiono mucho al leer que aqui estan plasmados todos mis pensamientos, sentimientos y deseos... tengo años orando por los novios de mis hijas, ellas tienen 16 y 14 años, y creo que el señor me bendecira cuando llegue el momento, espero en el, se que no me defraudara.Gracias... dios le bendiga

    ResponderEliminar
  5. Gracias pastor por esta carca me emociona saber que todavia existimos padres, que miramos a nuestros hijos con una mente limpia y lucida para poder guiarlos.

    ResponderEliminar
  6. GRACIAS ME HIZO REFLEXIONAR ANTES DE TOMAR UNA DECISIONIMPORTAQNTE EN EL RUMBO DE MI VIDA.

    ResponderEliminar
  7. Es muy lindo y realmente sincero todos los sentimientos que como padres tenemos por nuestras hijas... Y muy cierto en todo aspecto... Pero tengo una pregunta, que podria decir yo como padre, si sé que mi hija por error de juventud se equivocó y no conserva su pureza, que se arrepintió y la perdoné cuando valientemente me lo contó y se que se esfuerza por ser fiel a los principios que le inculcamos? QUe podria yo pedirle al futuro novio de mi hija... Le suplico su consejo Pastor.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Tus comentarios enriquecen este blog, y a las personas que lo leen. Te agradezco por tus aportes. Sin embargo, ten en cuenta que para que se publique lo que comentas debes indicar tu nombre (no se publicará ningún mensaje anónimo), y no debe aparecer ningún enlace a alguna página, número de teléfono, o dirección. Además, no se publicará ningún comentario con tinte ofensivo, homofóbico, discriminatorio, insultante o irrespetuoso. Todo lo demás, es bienvenido.

Entradas populares de este blog

Maledicencia, el pecado del que no se habla

¿Discípulos pobres e ignorantes? ¿Se sostiene el mito?