De solteros y solteras

Ayer estuve toda la tarde presentando algunos temas a solteros y solteras. Varios de ellos divorciados o separados por diversas causas. Fue una tarde interesante. Es la tercera vez que me reuno con ellos y siempre es una experiencia novedosa y útil.

Muchos, especialmente los que están felizmente casados, no logran entender las angustias de las personas que por las más diversas razones se encuentran solos o solas, y no quieren estarlo.

Hay varones y mujeres que han optado voluntariamente por la soltería, en ese caso, es una opción de vida, que nadie debería criticar, sin embargo, hay otros que desean formalizar una relación y compartir su vida con otra persona, pero, no pueden y ven con angustia que los años se van pasando y aquello que es tan importante para ellos no se va logrando.



La vida humana no es en blanco y negro, sino en una escala de múltiples colores y tonalidades. Las razones por las cuales alguien no logra encontrar una pareja son muchas:

Timidez. Es un gran factor, que en muchos casos estás potenciado por problemas de autoestima (en este caso, es dificil establecer qué es primero).

Conflictos no resueltos. Muchos han vivido traumas, conflictos, desilusiones o fracasos estrepitosos, que se convierten en un lastre para lograr tener una compañera o compañero.

Miedos. Esto está asociado a lo anterior. El temor paraliza. Muchos se niegan a tomar decisiones, simplemente porque el temor que sienten no les permite decidir.

Expectativas. Muchos no logran encontrar una pareja adecuada para ellos, simplemente porque sus aspiraciones son irreales o demasiado altas. Olvidan que hay que interactuar con seres humanos falibles y con errores como cualquier otro.

Conceptos religiosos distorcionados. Este es un aspecto que no siempre se trata, especialmente entre religiosos, pero algunos esperan que "Dios le traiga" a quien será su futuro esposo a esposa. Esta idea, muy arraigada, no sólo es infantil, sino que carece de fundamento lógico y bíblico. Es simplemente una forma de evadir la responsabilidad de decidir. Evidentemente es mucho más sencillo creer que la divinidad elige por mi, antes que entender lo que a mi me corresponde en dicho proceso.

Falta de oportunidades. Este es un factor poco encarado hoy en día donde existen tantas opciones para "conectarse" con otros seres humanos, sin embargo, lo real es que la soledad es mucho más profunda y hay tantas limitaciones que en muchos casos se está ante la presencia de un aislamiento difícil de entender.

Hay otras causales, en otro post hablaré de formas como superar dichos conflictos, tal vez ayude entender que somos arquitectos de nuestro porvenir, y no debemos dejar que otros condicionen o limiten lo que podemos llegar a ser.

Dejo un poema brillante del poeta chileno Floridor Pérez, que con ironía señala la problemática de conocer a quién será nuestro compañero o compañera de la vida:

"Cierto que tardé mucho en encontrarte
¡Pero eran cuatro millones doscientas
cuarenta y ocho mil quinientas treinta
las chilenas, cuando salí a buscarte!"

Comentarios

  1. Yo creo que un factor también es nuestro corazón egoísta, solamente pienso en "mi, mi, mi, mi"... y entonces no puedo compartir nada con nadie... y para amar hay que dejar de pensar en nosotros mismos, ser felices y hacer a otras personas felices, renunciar a nuestra libertad y comenzar a pensar en los demás... :) cuando dejé este pensamiento, encontré a alguien :) y si! hay que buscar!! Dios no nos lo va a tirar del cielooo! :D

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Tus comentarios enriquecen este blog, y a las personas que lo leen. Te agradezco por tus aportes. Sin embargo, ten en cuenta que para que se publique lo que comentas debes indicar tu nombre (no se publicará ningún mensaje anónimo), y no debe aparecer ningún enlace a alguna página, número de teléfono, o dirección. Además, no se publicará ningún comentario con tinte ofensivo, homofóbico, discriminatorio, insultante o irrespetuoso. Todo lo demás, es bienvenido.

Entradas populares de este blog

Carta al futuro novio de mi hija

Maledicencia, el pecado del que no se habla

¿Discípulos pobres e ignorantes? ¿Se sostiene el mito?