La iglesia con la cual sueño
Dicen que en soñar no hay engaño, y es cierto, pero también sé que no se produce nada nuevo sin sueños. Sueño con una iglesia donde no existan excluidos ni discriminados, sino que todos estemos integrados. Sueño con una comunidad cristiana que se une no en torno a una organización ni a un credo, sino teniendo como centro a Jesucristo. Sueño con una hermandad que reciba a los cojos, los mancos, los heridos, los discriminados, los dejados a un lado. Sueño con cristianos que no discutan doctrinas sino que sean capaces de amar sin exclusiones y dejar que sea el Espíritu Santo el que lime las diferencias. Sueño con una iglesia donde no existan jerarquías de ningún tipo ni discriminaciones por razón de género, raza o nacionalidad. Sueño con una comunidad de cristianos ávidos de escudriñar la Palabra, no para ganar discusiones, sino para conocer más al Maestro de Galilea. Sueño con cristianos que estudien, analicen, reflexionen, y den a conocer sus pensamientos librem