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Mostrando entradas de agosto, 2010

La pregunta

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―¡Eres tonta! Las palabras sonaron como un cañonazo disparado junto a ella. Era lo que faltaba. Caminó lentamente bajo el abrigo silencioso de los álamos en camino a su casa. La tarde tranquila hamacaba las ramas de los árboles en melodioso susurro. Pero la calma del lugar no la impresionaba. Estaba sorda por el estampido de esas dos palabras. Mientras daba un paso tras otro, repasaba en su mente las horas pasadas. Su vida parecía haber sido un error desde el principio. Llegó sin aviso (al menos eso decía su madre). Era torpe, según le decían a diario sus hermanas mayores.

Apacienta mis ovejas

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A modo de aclaración La iglesia es una sociedad que no se divide por categorizaciones o jerarquías, como algunos equivocadamente plantean. La organización eclesiástica está formada por personas que se ayudan mutuamente en función de los dones recibidos. No hay lugar para caudillismos en la iglesia. Uno de esos carismas es el pastorado. Todos en la iglesia, incluyendo los pastores, necesitamos a un pastor en nuestras vidas. En estos últimos meses he vivido momentos realmente difíciles, tal vez los más difíciles de mi vida. ¡Cuánto he añorado un pastor en mi vida en estos días! Pensando en eso, me acordé de algo que había escrito hace años, cuando era estudiante de Filosofía y Educación en la Universidad de Concepción. Algo que fue publicado en su momento como un homenaje a quien siempre sentí como mi pastor, el ya fallecido Pr. Alberto Espinoza . ¡Cuánta falta me ha hecho en estos días! Vuelvo a publicar lo que en aquella oportunidad escribí, puede servirnos para entender la verdad

Liderazgo y caudillismo, similares pero muy diferentes

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Líder es quien tiene seguidores voluntarios; caudillo es el que logra adeptos a fuerza de amenazas y chantajes. El liderazgo perdura en el tiempo con sus resultados; el caudillo pasa como tamo que se lleva el viento. El caudillo se pregunta cómo lograr que le obedezcan; el líder está más ocupado en entusiasmar y contagiar con una visión. El líder sueña y crea; el caudillo vive de aspiraciones prestadas y de ideales ajenos. El líder está continuamente aprendiendo; el caudillo es sabio en su propia opinión. El líder se ejercita permanentemente para ser mejor; el caudillo quiere resultados con su menor esfuerzo. El líder está marcado por el amor; al caudillo lo rodean los celos y la sensación de que hay gente que quiere hacerle mal. El líder tiene visión de futuro; el caudillo vive con su rostro hacia el pasado, añorando la época cuando había más súbditos y muy pocos reyes.

Carta a una maestra

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Dr. Miguel Ángel Núñez Apreciada maestra: Hoy llegó nuestra hija a casa llorando. Soy un padre preocupado y amo entrañablemente al tesoro que Dios nos ha confiado a mi esposa y a mí, por eso, indagué la razón de su tristeza y me contó la reacción suya ante una de sus preguntas. Hemos enseñado a nuestra hija a solucionar sus problemas por sí misma. Como norma, no solemos intervenir en las situaciones adversas que enfrenta, a menos que éstas la superen. El otro día nos contó que no entendía los contenidos de la asignatura que usted enseña. Nuestra respuesta fue: ―Habla con tú profesora y dile que te recomiende algún método de estudio específico para ese ramo o algún libro que puedas utilizar de refuerzo para aprender. Ella accedió a nuestra sugerencia. Pero, esta mañana cuando se acercó a usted su respuesta fue: ―Lo siento señorita, si usted no entiende ese es su problema, no el mío, así que arrégleselas sola. Si yo hubiese sido adolescente, ante una respuesta tal, probablemente hu

A propósito de encuentro

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El 13 de junio de 1965 murió en Jerusalén el filósofo israelí nacido en Viena, Martín Buber. Con su muerte se apagó la voz de un místico y un pensador altamente visionario. En estos días en que tanto suele hablarse de "encuentro", vale la pena recordar al menos algunos conceptos por él analizados. En contraste con la fe hebrea que se da en una relación comunitaria con un TU absoluto, Buber contrapone la fe cristiana marcada por una relación subjetiva, individual, mediada por una conversión personal que se supone, de manera extrema, como exclusivamente personal… lo que en verdad no es cierto. Nadie vive exclusivamente para sí, y para creer, siempre es necesaria la participación de un TU. En el individualismo contemporáneo, Buber observa elementos de deterioro de la humanidad: El individualismo, frente al cual Dios se yergue como entidad abstracta o concepto metafísico y la imposibilidad de llegar al "nosotros esencial", mediado por el TU divino.