Jesús revolucionario
Jesús fue un revolucionario en todo el sentido de la palabra. No tiene nada que ver con la imagen "light" y aburguesada que hemos creado de él. De hecho, el cristianismo en general, lo único que ha hecho con Cristo es desfigurarlo al grado de que es un desconocido y en muchos sentidos, un fraude, tan bien urdido que si Jesucristo resucitara hoy no se reconocería a sí mismo ni en las iglesias ni las estructuras ni en las doctrinas ni siquiera, en los que dicen hablar en su nombre.
Jesús revolucionó la forma de vivir la espiritualidad y la religión. Nunca se apegó a normas religiosas, de hecho, vivió de espaldas a la tradición religiosa de su tiempo, tan alejado de formas superficiales y vacías, que sus coterráneos se escandalizaban con cada una de sus salidas fuera de protocolo y lejos de la jerarquía eclesiástica imperante.
Jesús revolucionó la manera de tratar a los indefensos, los excluidos y las personas rechazadas de su tiempo. Por esa razón se le acercaban las prostitutas, los ladrones (los pastores de ovejas eran el símbolo del ladrón en ese tiempo), los niños y las mujeres (considerados inútiles para aprender), los extranjeros, los enfermos (tratados como pecadores, porque supuestamente Dios los había enfermado), los cobradores de impuestos, los soldados romanos, etc. Era un imán para todo lo "peor" de la sociedad de ese tiempo, al contrario de muchos "cristianos" actuales que creen que ser un "buen cristiano" es estar lejos de aquellos que precisamente incluyó Jesús.
Jesús revolucionó su forma de comunicar. No habló en discursos almibarados y llenos de lisonjas que es lo que caracteriza la mayoría de las homilías que se predican desde púlpitos y programas religiosos, donde la religión convertida en negocio tiene mucho cuidado de no ofender a los clientes, es decir, a los que asisten a la iglesia... no vaya a ser que se sientan incómodos con algún mensaje y se vayan (y dejemos de recibir sus diezmos).
Jesús revolucionó su forma de interactuar con el poder. Nunca le rindió pleitesía a ninguna jerarquía política ni religiosa de su tiempo. No hizo visitas protocolares, ni se doblegó frente a los poderes fácticos de su tiempo, ni siquiera para proteger su vida. A diferencia de muchos de sus seguidores que se han convertido en cómplices de políticos corruptos, simplemente, para supuestamente "predicar el evangelio", algo que desde su misma esencia está viciado de sentido.
Jesús revolucionó su manera de tratar a sus compañeros de ruta. Siendo el Dios del Universo, a todos trató con respeto, dignidad y equidad. Cristo se avergonzaría de la forma en que los que hablan en su nombre se comportan con sus acólitos y seguidores, tratandolos como si fueran subordinados, inferiores o incluso, serviles hasta perder capacidad de elegir o decidir por sí mismos.
Jesús revolucionó la forma de pensar. A toda una tradición dogmática que exigía no reflexionar de manera autónoma, donde la gente estaba obligada a creer por decreto, Cristo preguntaba, daba oportunidad para pensar, dejaba que las personas usaran sus propias capacidades cognitivas, sin infantilizar a nadie. Es grotesco lo que hoy ocurre con líderes religiosos que creen en jerarquías y sumisiones, donde pretenden que los "seguidores" de Cristo, no de ellos, simplemente, "obedezcan" sin pensar ni disentir.
Jesús fue un revolucionario. No calzaría con el cristiano aburguesado del siglo XXI, ese que cree que asistir a un culto es más importante que SER, y vivir cada día de una forma coherente. Cristo, simplemente, si viviera hoy por las calles de Buenos Aires, Madrid, Budapest, New York, México, o cualquier otro lugar del mundo, sería perseguido por sedicioso, inconformista, rebelde, contestatario, insolente a la autoridad, y el sin número de epítetos que se han usado en toda la historia para los que se atreven a pensar por sí mismos y desafiar al sistema, siendo nada más y nada menos que individuos libres.
Ese es el Jesús que admiro, no aquel fraude que venden desde los púlpitos. El Jesús almibarado de beatas trasnochadas y legalistas que con su actitud, son todo lo contrario de lo que fue el Jesús carpintero y revolucionario. Ese desconocido del que tan poco se predica y enseña y que está sepultado en formas, doctrinas y prácticas que nada tienen que ver con la revolución que inició.
Dr. Miguel Ángel Núñez
La primera vez que escuché el binomio Jesús/revolucionario, fue de boca de mi profesor de filosofía (M.A. Nuñez). Se explican muchas cosas actuales mirando todo desde este binomio, incluso la molesta doctrina de un Pastor adventista dentro de su círculo.
ResponderEliminarLo felicito profesor,con matices, pero felicitaciones al fin y al cabo.
Exacto, ese es el Jesús que inspira confianza y hace ver su esencia Divina, lo de la actualidad tienden al acercamiento imparable es con los fariseos.
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