LOS PEQUEÑOS PLACERES DE LA VIDA
No logro entender el afán de algunos de tener y tener. En Europa estamos comenzando el verano. Escucho de la gente, que en plena inflación no dejan de hacer grandes planes, no sé si para aparentar, o porque de verdad, no logran entender el valor real de las cosas.
El otro día comenté en uno de mis videos que a mi no me interesan las cosas, salvo mis libros y vinilos, lo demás, me es indiferente. Alguien, con buenas intenciones (difícilmente dudo de las intenciones de quienes me reprenden) me dijo que debería darle más importancia a otras cosas, y enumeró algunas en las que no creo. Luego pensé en al menos las pequeñas cosas que me hacen feliz, que no son muchas, y tal vez, si nos detuviéramos en las pequeñas cosas de cada día, aprenderíamos a ver la existencia con otros ojos. Pensé: Que lo que más amo en las mañanas es cuando vienen mis nietos Gio y Vale a darme el abrazo mañanero. Es como el empujón para empezar el día. Luego bebo mi "café a prueba de balas" que me da energía para la jornada, es un momento de solaz, cuando converso conmigo mismo, y agradezco por vivir otro día. Leo y escribo un par de horas, lo que no solo me enriquece, sino que además, me da conexión con otras mentes, y permite que a través de mis palabras cree puentes con otros. Desde la ventana de mi oficina veo la montaña, observo los árboles, escucho a las aves, y veo a mi gató, que invariablemente todos los días, se viene a tender en el mismo lugar, verlo, me da tranquilidad, tal vez para eso son los mininos. Mientras trabajo escucho mis vinilos, en el tocadiscos Sony que me acompaña. Oír, en paz, música que te agrada, es un pequeño placer que da plenitud. Sin música no se puede ser feliz. Trabajo desde mi pequeño lugar en el universo atendiendo -via oline- a personas de todo el mundo, ¡qué privilegio! Una oportunidad que solo pocos tenemos y que la tecnología nos ha dejado sin fronteras. A menudo, escucho el canto de mi esposa, que invariablemente canta mientras coce, o hace algo en casa, esta semana, está de "maestra pintora", pintando la fachada de la casa. Cuando acabe inventará otra cosa, porque ella no puede estar tranquila. ¿Qué sinfonía podría emular su canto? Tres veces a la semana, hago el almuerzo, tengo planeado mi tiempo para tal efecto, así que voy a la cocina y preparo los alimentos, casi siempre, diferentes. ¿Qué lindo que Dios no nos dío solo frijoles y podemos variar continuamente de sabores y texturas? Una vez a la semana hablo con mi madre, a través de Whatsapp. ¿Qué sería de nosotros los que vivimos lejos y nos separa un océano, para poder comunicarnos con nuestros amados? No me imagino la espera de antes de cartas o telegramas intercontinentales. Es uno de los placeres que aún gozo, no sé por cuanto tiempo, ella tiene 90 años, pero lo disfrutaré hasta el último instante. Puedo ver, escuchar, sentir. Soy una persona sana. Vivo en paz. Mis amados nietos e hijos viven cerca. Tengo amigos y amigas entrañables con los cuales hablar y compartir. ¿Qué más pedir? La vida no son grandes cosas, sino pequeños placeres. Tan pequeños, que a menudo los pasamos por alto. Cegados por el consumo y por los diferentes problemas, muchos de ellos innecesarios que nos ponemos encima, nos cuesta apreciar lo pequeño, lo aparentemente insignificante, pero que le da sentido a todo, y nos permite vivir en paz, con alegría. Los pequeños placeres son lo más grande la vida, y olvidarlo, es simplemente, no saber vivir. Dr. Miguel Ángel Núñez #miguelanp #miguelanp30 #drmiguelangelnunez #pequeñosplaceres #vida #gratitud
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