El peligro del texto prueba



El peligro del texto prueba
Dr. Miguel Ángel Núñez 


El texto prueba es uno de los “métodos” más utilizados por los cristianos para “exponer” la Escritura. Muchos no se dan cuenta es que sólo acomodan sus ideas buscando frases, citas y versículos que de algún modo refuercen sus propios prejuicios, conceptos o estereotipos.

Algunos ejemplos ilustrativos


  • Le escuché a un joven decir que había tenido que ir súper rápido a hacer una diligencia, y “tuvo” que pasar una luz roja y casi choca con otro vehículo, pero, que “Dios lo había cuidado”. La esposa le respondió: “Dios nos cuida, pero hay que tener cuidado de no abusar de su providencia”. 

  • En Virginia, EE.UU., en mayo de 2012, un pastor evangélico quiso probar la validez del texto de Salmo 91:13-14: “aplastarás al león y a la víbora; pisarás fieras y serpientes, y nada te pasará”, el hombre de nombre Mack Wolford, de 44 años fue mordido por una serpiente cascabel que tenía en sus manos y un poco más tarde murió. Lo dramático del caso es que su padre había muerto de la misma manera, intentando probar la validez del texto bíblico.

  • En Wisconsin, también en EE.UU., una pareja dejó morir a su hija de seis años, mientras ellos y otras personas oraban por la niña. Sin embargo, la pequeña no podía hablar, caminar o beber líquidos debido a su debilidad, pero ni aún los sollozos de la niña los impulsó a llevarla a un hospital. Los médicos que la atendieron post mortem señalaron que habría sobrevivido si tan solo se la hubiera hidratado adecuadamente. Los padres creían firmemente en el versículo que dice: “La oración de fe sanará al enfermo y el Señor lo levantará” (Santiago 5:15). Ambos fueron sentenciados a la cárcel por homicidio culposo. 

  • El siguiente ejemplo, es “bíblico”, lo utiliza el mismo Satanás en la conversación con Jesús y el argumento es que debe lanzarse del edificio porque la Escritura dice: “Ordenará a sus ángeles que te guarden con cuidado; te sostendrán en sus manos, para que no tropiece tu pie con piedra alguna” (Lucas 4:10-11).

Los cuatro casos son reales. En el primero, supuestamente Dios protegió al imprudente que va rápido a hacer una diligencia y pasa una luz roja; en el segundo, el orgullo finalmente mató a ese pastor, (él se había olvidado que las serpientes no saben leer). En el tercer caso, hay una crueldad que raya en el fanatismo, ni aún el dolor de su hija los convenció que la oración no era suficiente. El caso más enigmático es el cuarto.

La cita es utilizada por el mismo Satanás. En ninguna otra ocasión el diablo cita las Escrituras, más que en las “tentaciones” de Jesús. Aparentemente está actuando correctamente al citar la Biblia de la manera en que lo hace, pero Jesús no cae en su juego.

Lo que en realidad hace Satanás es intentar manipular a Jesús con la misma Escritura, utilizando de tal forma la Biblia presentando un argumento aparentemente persuasivo, pero falaz en su base argumentativa, una forma muy sutil, y efectiva, de usar los escritos bíblicos para personas que no leen con cuidado, pero Jesús no entró en ese camino. Como dice el especialista en poesía hebrea Luis Alonso Schokel: “El diablo pretende deformar la confianza en presunción y temeridad e intenta hacer que Jesús, en vez de apoyarse en la promesa de DIOS, se aproveche de ella para una exhibición espectacular”.[1]

El problema del texto prueba

El problema del texto prueba se basa en un concepto, que también es bíblico, pero está mal utilizado. “Toda la Escritura es inspirada por Dios” (1 Timoteo 3:16). En la mente de quienes mal usan los textos de la Biblia, sostienen y creen que cada palabra de la Escritura, no importa en qué contexto histórico o cultural esté, es “inspirada” por Dios, no obstante, en sus mentes, hay dos problemas, uno entender la inspiración como “dictado” de Dios y por otro lado, creer que el contexto no tiene importancia.

Sin embargo, ningún texto por sí mismo tiene la verdad completa de un tema. Arrancar textos de su contexto, es suponer que la frase, palabra o cita que se usa, no depende de su contexto para que tenga sentido. En cierto modo, el texto prueba anula todo análisis reflexivo. Con la Biblia, usando el texto prueba, se podría “probar” cualquier cosa tal como se ha hecho en muchas ocasiones para “probar” la esclavitud, la pena de muerte, la subordinación de la mujer, el golpear a los hijos, la guerra “justa”, etc.

El Salmo 91

¿Cómo entender las palabras del Salmo 91, por ejemplo, en el uso que le ha dado el pastor que ha muerto al actuar irresponsablemente permitiendo que una serpiente cascabel lo muerda? ¿Eso es lo que pretende Dios? ¿Qué probemos nuestra fe al grado de hacer una temeridad así?

El Salmo 91, que suele ser usado a menudo como una especie de amuleto supersticioso (por eso en muchas casas está la Biblia abierta precisamente en ese capítulo), fue escrito por Moisés (en la tradición judía un salmo sin autor, como es el caso de este salmo, es atribuido al autor del salmo anterior). Según Schokel el salmo tiene una estructura litúrgica y se lo usaba en contextos de culto.[2] Por su parte Hans-Joachim Kraus sugiere que el salmo más bien se sitúa en el orden de la llamada “poesía didáctica” o sapiencial,[3] lo que denota, una vez más, la dificultad de interpretar textos y el peligro, por ende, de citar fuera de contexto como texto prueba.

Hay que tener cuidado de entender el salmo de manera absoluta y literalista, porque de otro modo nos enfrentaríamos a un problema al observar que en otras secciones de la Biblia se presenta que aún los justos e inocentes también sufren (Salmo 44:24; 55:3). La promesa de Dios, es que estará con nosotros en los “valles tenebrosos” (Salmo 23:4), no dice, que no permitirá que pasemos por ellos. Como diría John Stott, los creyentes saben que “cualesquiera que sean las circunstancias, están seguros en el amor de Dios”.[4]

El modelo de Jesús

Jesús contesta con otro escrito está, pero no tomándolo fuera de contexto, sino situándose en el contexto global de toda la Escritura (en este caso, del Antiguo Testamento). Eso implica, que un texto sólo, desconectado de su contexto, no contiene la verdad bíblica. Es la Biblia toda, en sus textos adecuadamente puestos en su contexto, la que revela la verdad de Dios.

Una verdad bíblica no se construye citando versículos y frases aisladas de su contexto. Los cristianos son, en su mayoría, campeones de las citas de frases desconectadas de su contexto. Oraciones que suenan lindas y hasta inspiradoras, pero que al sacarlas de su contexto terminan haciendo más mal que bien. En el fondo, el texto prueba, se convierte en una manera sutil de distorsionar la Escritura.

Conclusión

Debe ser por eso que muchos investigadores y estudiosos, cuando se encuentran con autores cristianos que sufren de esta tendencia a citar interminables listas de versículos, cuando van a los textos y comprenden que están fuera de su contexto, entonces, se confunden y tienden a rechazar precisamente a la Escritura y considerar a los cristianos como especie de charlatanes “ilustrados”, porque aparentemente saben, pero en realidad, sólo citan textos y frases sin sentido en su contexto.

Dios es un Dios de amor, sin embargo, hay elementos misteriosos que no alcanzamos a comprender porque en ocasiones, por más que se ore o se confíe, igualmente muchos cristianos padecen sufrimientos y tragedias. En otras ocasiones, Dios libra a algunos de situaciones fortuitas pero en otras no. ¿Cómo explicar eso? Con el texto prueba no se puede, al contrario, provoca más confusión. Como me decía alguien que perdió a su esposa en un accidente: “¿Y ahora? ¿Dónde está eso de que ‘el ángel de Jehová acampa alrededor’?”… ¿Cómo le respondes a esa persona, en ese momento que su texto favorito está mal entendido y mal usado? Los versículos de la Biblia, especialmente los que se refieren a prosperidad, salud, protección y plenitud, no son “cheques en blanco” (usando una frase de los teólogos de la prosperidad) que se puedan cobrar cuando a uno se le dé la gana. Es necesario leer el contexto, librarnos de la presunción, cuidarnos de las culebras, evitar pasar con luz roja, ir al médico cuando es necesario, cuidar a los hijos, porque por mucha convicción que tengamos en los versículos que están en la punta de la lengua para ser “citados” de acuerdo a la ocasión, eso no evitará, el avance del mal ni los actos temerarios ni las consecuencias del pecado.

Autor: Miguel Ángel Núñez (Chile/Argentina). 
Filósofo, teólogo, educador, terapeuta de parejas, 
orientador familiar, conferencista internacional, profesor universitario y escritor.

Licenciado en Teología / Licenciado en Filosofía / Licenciado en Educación
Magister en Teología / Magister en Teología pastoral / Magister en Orientación familiar
Magister en Conflicto y Mediación / Magister en Sexología Clínica (c)
Doctor en Teología sistemática 

Referencias

[1] Luis Alonso Schokel y Cecilia Carniti, Salmos II (Estella, Navarra: Editorial Verbo Divino, 1996), 1187.
[2] Ibid, 1186.
[3] Hans-Joachim Kraus, Los Salmos: 60-150 (trad. Constantíno Ruíz-Garrido; Salamanca: Ediciones Sígueme, 1995), 2:
[4] John R. W. Stott, Favourite Psalms: Growing Closer to God (Grand Rapids: Baker, 2003), 73–74.

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